Las autoridades de la región balcánica sin litoral accedieron a la solicitud del Gobierno de Trump para permitir el envío de 50 expulsados de otras naciones, en lo que constituye el último acuerdo en un esfuerzo más amplio de la administración republicana para convencer a personas de que acepten a migrantes extranjeros.
«En respuesta a la solicitud de Estados Unidos sobre la recepción y reubicación de nacionales de terceros países, hemos expresado nuestra disposición a cooperar para abordar este asunto en las condiciones establecidas», confirmaron fuentes diplomáticas del territorio europeo en esta capital.
Dijeron que el convenio permitiría la reubicación temporal de esos expulsados mientras las autoridades trabajan para facilitar el regreso seguro a su país de origen.
El Departamento de Estado declaró en un comunicado a CBS News que agradece «la cooperación en esta prioridad clave de la Administración Trump».
Desde el comienzo el pasado 20 de enero del segundo mandato de Trump, fueron deportados varios cientos de migrantes asiáticos y africanos a Costa Rica y Panamá. Además, se trasladaron unos 250 migrantes -la mayoría venezolanos- acusados de vínculos con pandillas a una prisión de máxima seguridad en El Salvador.
También se intentaron deportar a otros inmigrantes a Libia y Sudán del Sur, aunque estos esfuerzos enfrentan desafíos en cortes de Estados Unidos.
El 17 de febrero de 2008, Kosovo proclamó de modo unilateral su independencia de Serbia, pero ese paso fue avalado por Estados Unidos, Canadá y la mayoría de los miembros de la Unión Europea.
Sin embargo, no goza del reconocimiento de Serbia, Rusia, China, España, Grecia, Irán y muchos otros países.
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