Fuentes oficiales indicaron que en la serie de reuniones se abordará el futuro del acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercado Común del Sur (Mercosur), además de otros temas de alcance global.
El tratado de libre comercio entre los bloques resulta objeto de intensas negociaciones durante las últimas dos décadas.
Bajo un nuevo escenario, la reciente imposición de aranceles por el Gobierno de Estados Unidos a productos estratégicos como el acero y el aluminio reactivó el interés de Brasil y de otros países del Mercosur por acelerar su integración comercial con Europa.
Además del pacto comercial, Lula discutirá con autoridades francesas y representantes de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) mecanismos para la regulación de las redes sociales.
El tema cobra urgencia tras la proliferación de discursos de odio, desinformación y ataques a la democracia en plataformas digitales.
Brasil impulsó recientemente una legislación para enfrentar este fenómeno y busca apoyo y coordinación internacional en esta materia.
Durante su estadía, Lula también visitará una base naval en Toulon, municipio del departamento de Var, donde se construyen submarinos nucleares.
El interés está vinculado al programa conjunto entre Brasil y Francia para el desarrollo de submarinos convencionales y del primero nuclear brasileño, como parte de una alianza estratégica en materia de defensa y transferencia de tecnología.
La visita de Macron a Brasil en marzo de 2024, en la que recorrió el Complejo Naval de Itaguaí, municipio del estado de Río de Janeiro, fue un gesto de acercamiento político y de fortalecimiento de la cooperación bilateral.
Ahora, con Lula en París, se busca consolidar una agenda común que abarca desde el comercio internacional hasta la defensa, la educación y la regulación digital.
La mayor expectativa es que el encuentro entre ambos mandatarios proporcione un nuevo impulso al acuerdo UE-Mercosur y permita avanzar en puntos clave que siguen estancados, a la vez que profundice una alianza estratégica entre Brasil y Francia en temas de gobernanza global.
El bloque europeo no se opone totalmente al acuerdo, pero exige garantías más firmes en materia ambiental, laboral y regulatoria.
Francia lidera la oposición y condiciona su aprobación a que el Mercosur firme compromisos adicionales vinculantes, como un anexo ambiental o un entendimiento complementario.
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