En su primera conferencia de prensa, como primer ministro y en un tono más pausado que el crispado de su antecesor, Gustavo Adrianzén, Arana anunció que organiza para la próxima semana una ronda de diálogo con partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil y gremios empresariales.
El objetivo del diálogo, dijo el hasta ayer ministrio de Justicia, es que la conducción en los dos años y dos meses que quedan para el fin de la administración gubernamental, sea consensuada.
Representantes de todos esos sectores y de la población enfocan sus demandas al nuevo gabinete en una mejora de la lucha contra la delincuencia.
Dijo que las líneas maestras de la labor del gabinete ministerial serán la lucha por la seguridad ciudadana, seriamente afectada por el desborde de la delincuencia organizada, la misma política económica y la reducción de las llamadas brechas sociales, como la pobreza.
“Uno de los aspectos muy importantes para nosotros también es resolver el problema de la criminalidad en esa zona de Pataz -provincia en la que sicarios asesinaron a 13 guardias de seguridad- porque tenemos que devolverle la tranquilidad a la ciudadanía”, declaró.
Coincidiendo con el estreno del nuevo gabinete, se anunció la detención en Colombia, por la Policía de ese país y tras coordinación con la peruana, de Miguel Rodríguez, peruano acusado como presunto cabecilla de la citada masacre que detonó la crisis que derivó en la renuncia de Adrianzén.
El canciller, Elmer Schialer, dijo que se ha pedido al Gobierno colombiano la entrega del detenido pero acotó que el vecino Gobierno decidirá si lo expulsa sumariamente, como quiere Perú, o lo extraditar, procedimiento que lleva más tiempo.
De otro lado, el nuevo primer ministro dijo que confía plenamente en que tras la presentación de sus planes en el Parlamento, recibirá el voto mayoritario de confianza, necesario para la ratificatorio del nuevo equipo ministerial.
La oposición minoritaria de izquierda adelantó que no le dará ese voto de confianza porque el nuevo ministro tiene una composición y línea continuistas, mientras las demás bancadas coinciden en que esperarán escuchar a Arana antes de decidir si le dan su aval.
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